Ayer hubo un momento de tensión en la habitación de los gatos. Os pongo en antecedentes. Tenemos un gato ninja equipado de almohadillas silenciosas y entrenamiento espía de élite. Es capaz de desencajarse y colarse por debajo de la puerta, de camuflarse en la pared y de oler la comida húmeda a una distancia de tres kilómetros. Que sí, de verdad de la buena.
Ayer Sansi, el gato ninja, Señor Salchichón para los amigos (le gusta estirarse panza arriba y parece una butifarra), decidió infiltrarse en la habitación secreta, esa que de vez en cuando se cierra y aparece un cartel de "Si eres gato no puedes pasar" en la puerta.
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El Sr. Sansi Salchichón, de tan mimoso es un poco tontorrón |
Sansi no esperaba encontrarse con Aiki detrás de la puerta, Aiki no esperaba que el Príncipe Gañán se colase en el cuarto. Y ya sabéis que encuentros inesperados entre gatos extraños no suelen terminar muy bien, imaginaos si además hay una mami defendiendo a su bebé. Han volado las zarpas y los bufidos durante 10 segundos, como mucho!!! Y nos han deleitado con un combate a la velocidad de la luz, que ni los capítulos de infancia de Bola de Dragón pueden igualar. Como buen combate gatuno, ha sido mucho ruido y pocas nueces, y a los dos minutos cada uno tan tranquilo en su habitación, sin un arañazo y sólo con el orgullo herido. ¡Aiki ha sido la clara ganadora!
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Yo por mi hija MA-TO |
Todos los gatos son ninjas, poned uno en vuestra vida, ¡adoptad a Aiki, cinturón negro de kárate, o a Aiken, la pequeña samurai! Sansi el Salchichón es mío y sólo mío y no lo pienso compartir, se siente.