22 de abril de 2013

La ratilla y el ratón

Aunque los pedidos grandes de pienso y comida los hacemos por Internet (sacos de pienso de 10 kilos, cajas enteras de sobrecitos de comida húmeda...), para las cuestiones del día a día acudimos a la tienda de la clínica veterinaria donde adoptamos a Bambú y a Sansi. Allí tienen unos ratoncitos de juguete que a mis gatos les rechiflan, de hecho es el único juguete por el que se han peleado. Los machacan, los pierden cada dos por tres y siempre que limpiamos sale alguno de debajo del sofá, de detrás de un armario...

Ahora que estamos acogiendo nuestras visitas han aumentando (que si un comedero bajito para la peque, que si otro cepillo, otro rascador...), y cada vez que nos ven por allí tienen el detalle de regalarnos un ratón para los nuevos de la familia.

Qué os voy a contar, a la peque le han encantado. Lo agarra con la bocaza y se pasea con ellos por toda la habitación, se esconde detrás de una esquina y los caza, los tira por los aires y vuelta a empezar.

Groarrrrrrrrrrr. Soy una cazadora temible, ¡no me llames ratilla!


Está ensayando cómo ser una cazadora bajo la atenta mirada de Aiki y, aunque al principio se enredaba con sus propias patas al correr, ¡cada vez tiene la técnica más dominada!

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