22 de marzo de 2013

Durmiendo con Raluca

La segunda noche con Raluca se confirma lo que ya sabíamos. ¡Es una pegajosa y una mimosona!

Tengo la tripa pelada para que me hagan pedorretas

No ha tardado nada en descubrir que entre los pies de un humano se duerme mejor, y ahí se ha hecho bolita. Aunque si hay algo que los míos han descubierto es que dormir conmigo es un deporte de riesgo, ¡te puedes llevar una patada ninja! Y esta noche la pobre Raluca lo ha descubierto, si es que me muevo más que una culebrilla...

Por las noches Raluca cambia un poquito. Yo creo que es porque hemos incumplido la regla de oro esta de no darles de comer después de media noche, no mojarles y que no les dé la luz... Y claro, Raluca nos ha hecho el Gremlin. Ahora en serio, la peque aún está adaptándose y un poco desorientada, y los movimientos bruscos, que la despiertes sin querer o algún ruido fuerte la sobresaltan y reacciona con algún bufidillo. Total, que con el susto que se ha llevado al girarme en la cama se ha levantado como un muelle y me ha pasado por el lado bufando y ¡restregándose a la vez! "Oye, que me has asustado un montón pero te quiero igual, aunque mejor déjame un ratito tranquila que se me pase". Se ha bajado de la cama grande, se ha tumbado en su camita, se ha lavado para calmarse y al poquito se ha quedado dormida.

Y, ¿cómo duerme Raluca? Pues como todo buen gato tiene que hacer sus rondas nocturnas, y alterna entre:
  • La cama de humanos - El mejor lugar para los mimos y el calorcito de los papás.
  • La cama de gatos - Sabe que es su cama, y por tanto sólo duerme en ella cuando no le queda otra.
  • La silla vieja - Lugar perfecto para dormir durante el día porque le da la luz y el Sol.
Como veis, no pide NADA que cualquier persona no tenga ya en su casa. ¿A qué estáis esperando para darle un hogar definitivo?

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